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José Luis Restán, responsable de la línea editorial de Cope

Los obispos, la cadena COPE y el monoteísmo del fútbol. (Nota: La cadena COPE es una emisora de radio propiedad de la Conferencia Episcopal Española)

"La cadena de la Iglesia católica dedica más tiempo al deporte que al Evangelio"

Los medios de comunicación de la Iglesia mantienen, en lo económico, una ideología neoliberal, la ideología más antievangélica de las que están funcionando en el siglo XXI

Hace unos días tuve el honor de compartir mesa y mantel con un misionero que evangeliza a las gentes de Etiopía. Lo que yo pude captar de lo que me quiso decir se puede resumir así: Hace treinta años que soy misionero. En este tiempo el mundo ha cambiado y la manera de hacer misión también.

Cuando llegué a Etiopía nadie sabía nada de lo que pasaba más allá de su cabaña, hoy todos saben, casi en tiempo real, lo que pasa en el rincón más alejado del mundo. Entonces, lo que decía yo a mis feligreses iba a misa, hoy cualquier persona que ve la tele, escucha la radio, emigra y vuelve, puede levantar la mano en medio de la predicación y rebatirme lo que esté diciendo. Si no hacemos un esfuerzo constante de adaptación al mundo de nuestros días para hacer llegar el mensaje del Evangelio a las gentes quedaremos al margen de la configuración del mundo del futuro que ya es presente.

El medio humano para hacerse entender y comunicar es la palabra. Las palabras son la codificación fonética de experiencias de la vida cotidiana. Cuando estudiamos una lengua oímos y entendemos los sonidos como los indígenas pero no sabemos que significan porque no codifican nuestras experiencias. Mi amigo misionero siguió diciendo: En mis primeros años de misión hablaba más que escuchaba, ahora escucho más que hablo. De esta manera, no sólo soy evangelizador sino también, y fundamentalmente, evangelizado. Para hablar de Dios a la gente, de manera provechosa, es conveniente, tal vez necesario, saber cómo piensa y que necesita la persona a quien quiero evangelizar.

Los señores Obispos creen que el mundo está en crisis de valores y que las personas no acuden a la Iglesia porque no les interesan ni Dios ni los valores evangélicos debido a las doctrinas malsanas que pululan y corren por esos mundos de Dios; no se preguntan si la Iglesia está o no a la altura las circunstancias para hacer llegar el anuncio de la Buena Nueva a este al mundo de hoy.

En Jesucristo, salvador del hombre y esperanza del mundo, su última instrucción pastoral, utilizan un lenguaje escolástico, casi exclusiva de los clérigos; a mi entender, muy diferente del que los habitantes de España de nuestros días utilizan. Tengo la impresión de que confunden el lenguaje nuevo "con el espíritu del mundo y las formas secularizadas de vida que...prendieron en el interior de la comunidad eclesial" (p. 10).

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Carlos Herrera dirige el matinal Herrera en Cope

Hay teólogos españoles, conocidos en todo el mundo católico por los grupos interesados en el estudio de las Sagradas Escrituras, de la teología y por la presencia de la Iglesia en el mundo de hoy, que están haciendo un gran esfuerzo por traducir la teología, la historia de Jesús al lenguaje de nuestro tiempo, para hacerlos llegar a todo el mundo.

Los obispos, en vez de sentirse orgullosa de ellos, los critican y, entre líneas, exhortan a los fieles a que no los lean, a que se aparten de ellos porque son gente peligrosa.

Los obispos, como otros colectivos dentro de la Iglesia tienen más miedo que esperanza a pesar de que Dios "a todos nos ha revelado en Jesucristo el amor que da fundamento a toda esperanza" (p. 13). Parece ser que no todos los miembros de la Conferencia Episcopal hubieran escrito todo lo que se dice en la Instrucción pastoral pero no se han atrevido a ponerle los puntos sobre las ies a su autor, Monseñor González Montes

Pagola no pone en duda la divinidad de Cristo. Pagola escribe la historia de Jesús conforme a los datos históricos de que dispone él y cualquiera que quiera escribir una vida de Jesús. Lo que diga la teología y el dogma no es historia sino fe aunque se pueda escribir la historia del dogma y de las verdades de fe. Cualquiera que haya hablado con Torres Queiruga sobre el tema no podrá dudar de la fe de este teólogo. Pero como teólogo estudioso y gran conocedor de la filosofía moderna trata de traducir la teología de Santo Tomás, a quien conoce a la perfección, en un lenguaje de nuestros días. Otros grandes teólogos tales como Castillo, Faus, Pikaza y otros muchos son silenciados y, peor aún, ignorados.

Una cosa ser cristiano y otra ser católico; una cosa es vivir apartado de toda práctica religiosa pero en estado en búsqueda espiritual y otra ser ateo. Hay gente que se siente cristiana pero no siente necesidad de pertenecer a la Iglesia católica, ni protestante ni alguna otra. Hay católicos que no asisten más que a los actos que celebran el paso de un estado a otro de la vida de una persona: bautismo, matrimonio y funeral, lo que los antropólogos llaman ritos de paso que, de una manera u otra son celebrados en casi todas las culturas. Una cosa es ser católico y otra ser practicante tal como tradicionalmente esto se entiende lo de practicante.

Muchos creyentes están convencidos de que cristiano es el que trata de practicar las bienaventuranzas. "Lo demás es pecata minuta", me dijo un creyente. El derecho canónico no es más que unas orientaciones por dónde y cómo hay que ir y andar para predicar el Evangelio y puede y debe de cambiar con los tiempos para adaptar la predicación y el hacer eclesial a los tiempos. Pero muchos eclesiásticos dan más importancia al derecho canónico que a la exégesis y a la teología, y dedican más esfuerzo a conservar que a renovar y adaptar.

"La cadena de los Obispos dedica más tiempo al deporte que al Evangelio; más tiempo al futbol que a Dios", me dicen intelectuales católicos. El fútbol puede llegar a ser la religión, en sentido metonímico o metafórico, más seguida del siglo XXI. Para millones de personas ya es hoy su única religión. "El fútbol podría llegar a ser el monoteísmo del mundo del mañana", me ha dicho un estudioso de los movimientos religiosos contemporáneos. Un medio de comunicación debe de ganar dinero para mantenerse y hasta para ayudar a sus dueños en otros menesteres pero no puede olvidar el objetivo y la finalidad que son su razón de ser.

¿Por qué la COPE no organiza debates de teología, de historia de la Iglesia, de interpretación de los evangelios? ¿Tienen miedo los obispos que la COPE pierdea audiencia? Los debates teológicos, hechos por gente que conozcan la mentalidad y el lenguaje de hoy, engancharían a miles de personas interesadas en estos temas. Seguramente los debates de teología tendrían menos seguidores que las emisiones e deportes pero seguramente también serían muy bien acogidos y seguidos por grupos interesados y llevaría el debate de Dios a la calle. El mundo tiene hambre de Dios y sed de espiritualidad.

¿Qué significan los miles y miles de personas que hacen el Camino de Santiago? ¿Qué significan todos esos movimientos de meditación, de retiros? El mundo de hoy tiene hambre y sed de espiritualidad, hambre y sed de Dios. La imagen y figura de Jesús es buscada, estudiada y admirada por millones de personas. Es conocida aquella frase que se atribuye a Malrraux: "El siglo XXI será religioso o no será", y K. Rahner se le atribuye la siguiente: "El siglo XXI será cristiano o no será". Los señores Obispos están convencidos de que todo el que no piensa como ellos, en todo, es porque el espíritu del mundo se ha apoderado de él, es un hereje, un ateo, alguien que le da lo mismo una cosa que otra.

Los señores Obispos deberán tentarse la ropa y preguntarse que papel están jugando en todo este estado de cosas los Medios de Comunicación propiedad de la Iglesia. Su línea editorial está en manos de un grupo católica, Comunión y Liberación, según los expertos en sociología religiosa, una organización muy tradicionalista; muchas veces, los responsables de su línea editorial tienen que hacer verdaderos ejercicios de retórica para no declararse en franca ruptura con la mentalidad y las declaraciones aperturistas del Papa Francisco.

Muchos católicos y muchos no católicos que piensan libremente dicen que los medios de comunicación de la Iglesia mantienen, en lo económico, una ideología neoliberal, la ideología más antievangélica de las que están funcionando en el siglo XXI; que en teología son ultramontanos, y los creyentes de izquierdas dicen que en política son de extrema derecha. En los medios de comunicación de la Conferencia Episcopal deberían tener presencia todas las tendencias y todas las líneas de pensamiento que se manifiestan y conviven dentro de la Iglesia.

La Iglesia fue fundada no para ser fuerte ni para permanecer sino para continuar la misión de Jesús hasta el final de los tiempos. Jesús no estipulo como tenía que ser la Iglesia sino lo que tenía que hacer: ir por todo el mundo y predicar el Evangelio.

Manuel Mandianes, (antropólogo del CSIC), Religión Digital, 29 de agosto de 2016