DIEZ MINUTOS EN SILENCIO   

                             
             

 

                             cristianos siglo veintiuno
ÍndicePágina Principal

 

 

Diez minutos en silencio

22

Salmo 123

 

 

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte

-que lo digan los que me conocen-

 

Cuando me metí en tantos charcos.

Cuando me acerqué tanto al abismo

 

nos habrían arrollado las aguas,

nos habrían tragado vivos.

 

Me ha salvado la vida como a un pájaro

de la trampa del cazador;

La trampa se rompió y escapé.

 

Nuestro auxilio es el Señor,

el que hizo el cielo y la tierra.

 

 

El hombre es una filigrana, hecho de vida y muerte.

De alturas y bajezas.

Es Caín y Abel juntos.

Es barro y soplo.

¡No lo olvidemos nunca!

¡Que nadie se asuste nunca ante la debilidad o grandeza de cualquier hombre!