DIEZ MINUTOS EN SILENCIO
Diez minutos en silencio
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Salmo 123
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo digan los que me conocen-
Cuando me metí en tantos charcos.
Cuando me acerqué tanto al abismo
nos habrían arrollado las aguas,
nos habrían tragado vivos.
Me ha salvado la vida como a un pájaro
de la trampa del cazador;
La trampa se rompió y escapé.
Nuestro auxilio es el Señor,
el que hizo el cielo y la tierra.
El hombre es una filigrana, hecho de vida y muerte.
De alturas y bajezas.
Es Caín y Abel juntos.
Es barro y soplo.
¡No lo olvidemos nunca!
¡Que nadie se asuste nunca ante la debilidad o grandeza de cualquier hombre!