DIEZ MINUTOS EN SILENCIO   

                             
             

 

                             cristianos siglo veintiuno
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Diez minutos en silencio

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Salmo 15 

 

 

Me refugio en ti, mi Dios.

Los dioses y señores con los que convivo

no me convencen.

 

Unos son utópicos: sueñan sueños.

Otros no sueñan nunca.

Unos se apropian de la Verdad.

A otros no les importa ninguna verdad.

 

Dioses con fecha de caducidad.

Pero hablan y reparten prebendas.

Tú en cambio, mi Dios,

permaneces en silencio y no vendes ni compras nada.

 

Eres el Dios que me ha tocado.

Tú has sido mi suerte.

No quiero jugar a ninguna lotería más.

 

Mi corazón respira un aliento raro y alegre,

Me acompañas por el sendero de la vida.

Tú eres mi herencia.

 

 

Cuando volvieron de Egipto.

Para dejar de ser esclavos, se repartieron las tierras.

A unos les tocó monte, a otros, planicie.

A unos olivos, a otros viñedos.

 

Señor, mis tierras son buenas si caminas conmigo los senderos.

Son buenos los sueños, con los pies siempre en el terruño.