DIEZ MINUTOS EN SILENCIO   

                             
             

 

                             cristianos siglo veintiuno
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Diez minutos en silencio

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Salmo 20

 

¡Señor, el rey se alegra por tu fuerza,

y cuánto goza con tu victoria!

Le has concedido el deseo de su corazón,

no le has negado lo que pedían sus labios.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,

Y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.

Te pidió vida, y se la has dado…

 

Le concedes bendiciones incesantes…

 

Que tu izquierda alcance a tus enemigos,

Y tu derecha caiga sobre tus adversarios…

Etc.

Etc.

 

In illo tempore.

En aquel tiempo, el mundo era evidente.

Los buenos a la derecha. Los malos a la izquierda.

Yahvé estaba con los buenos. Era el Jefe de sus ejércitos.

El rey era como el papa. Elegido y ungido por Yahvé.

 

Hoy se ha enredado todo. Nadie sabe qué es derecha ni qué izquierda.

O nadie sabe con quién está Dios. Y ni siquiera si está Dios.

 

Yo pienso que todo es exactamente igual antes que ahora.

Somos los hombres los que ponemos a Dios donde nos interesa.

La verdad es que los hombres utilizamos su nombre en vano.

La verdad es que cada uno se apropia de Dios.

La verdad es que, incluso, cada cual tiene su retrato de Dios.

Incluso hay quien esgrime no sé qué derecho de propiedad.

 

En silencio. Procura limpiar tu corazón, y verás a Dios.