DIEZ MINUTOS EN SILENCIO
Diez minutos en silencio
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Salmo 101
No me escondas tu rostro.
Te grito en silencio.
Pero no sé si me oyes.
Algunos dicen que tú oyes.
Algunos dicen que ven tu rostro.
Mis días se esfuman como humo.
Mis huesos me queman como brasas.
Mi corazón es como la hierba seca,
me siento solo como una lechuza en la estepa,
como un búho entre ruinas.
Pero
algunos dicen que tú oyes,
algunos ven tu rostro.
Y dicen que:
Tú permaneces para siempre,
de generación en generación.
Y sueñan
cuando tú reconstruyas Sión,
y aparezcas en tu gloria.
Y que escucharás los gemidos de los cautivos,
y librarás a los condenados a muerte.
Amén, Señor.
Amén, Señor. Pero que toda la tierra se llame Sión.
Que no falle mi fe.
Que no falles Tú.