DIEZ MINUTOS EN SILENCIO
Diez minutos en silencio
45
Salmo 42
Envía tu luz y tu verdad:
Que ellas me guíen
Y me conduzcan a tu morada.
Quiero vivir a tu vera,
Dios de mi alegría.
Quiero cantar.
Ya está bien de llanto y miedo.
¡Dios mío!
La fe, si es, debe ser un canto.
Dios, si es, debe ser una roca.
¿Por qué te acongojas,
por qué te turbas?
Espera en el Señor.
Al final, siempre será en el Señor.
Es lenguaje sólo de fe.
Y la fe siempre tendrá que soportar
la pregunta:
“¿Dónde está tu Dios?”