DIEZ MINUTOS EN SILENCIO   

                             
             

 

                             cristianos siglo veintiuno
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Diez minutos en silencio

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Salmo 57

 

¿Es verdad, poderosos, que dais sentencias justas?

Los que tenéis el poder ¿juzgáis rectamente al pueblo?

 

¡Tremenda pregunta!

Distribuir el pan, la riqueza, es importante.

Pero hacer justicia es la base.

Para ser juez, no debería bastar una carrera.

 

Al contrario, en el corazón planeáis estrategias.

Vuestra mano inclina la balanza

a favor del que tiene más fuerza.

 

A ellos, Señor, a los jueces corrompidos,

que hacen cuentas con sus sentencias:

 

rómpeles los dientes en la boca.

Que se derritan como agua que se escurre,

que se marchiten como hierba pisoteada.

Que sean como babosas que se deslían al andar,

como aborto que no llega a ver el sol.

 

Y comenten, por fin, los hombres:

“El justo alcanza su fruto,

porque hay un Dios que hace justicia en la tierra”.

 

¡Ya Señor, ya!

Venga a nosotros tu reinado.