Padre nuestro, Madre nuestra y de todas las criaturas:
nos sentimos invitados a compartir con todos nuestra vida,
generosamente, siguiendo el ejemplo de Jesús,
y te ofrecemos pan y vino,
frutos de la tierra y de nuestro trabajo,
y con ellos nuestros esfuerzos y mejores deseos,
para agradecerte cuanto nos das
y prometerte fidelidad y entrega completa a tu proyecto, a tu reino.

Bendice, Padre santo, este pan y este vino,
para que sean no solo alimentos del cuerpo,
sino que además alimenten y hagan crecer nuestra vida interior.
Te lo pedimos por tu hijo Jesús, nuestro Señor y hermano. Amén.