Hermanos y hermanas, el relato de las tentaciones nos muestra un Hijo de Dios muy diferente del que muchos esperaban en Israel y del que muchos de nosotros quisiéramos hoy. Oremos.

Padre, condúcenos por los caminos de tu Hijo Jesús.

• Que la Iglesia sea el rostro de Jesús, Mesías, amigo de los pobres, sin signos extraordinarios, lejos del poder y la gloria; siempre aliviando el sufrimiento de los hombres y mujeres.

Padre, condúcenos por los caminos de tu Hijo Jesús.

• Que los creyentes no nos olvidemos que Jesús no tuvo medios materiales, ni poderes especiales; al contrario tuvo que buscar, decidir, arriesgarse y luchar como cada uno de nosotros.

Padre, condúcenos por los caminos de tu Hijo Jesús.

• Que nosotros como Jesús seamos embajadores de la justicia y del servicio fraterno. Que nuestro único motor sea el Amor que Dios nos tiene y su envío a los más necesitados.

Padre, condúcenos por los caminos de tu Hijo Jesús.

• Que todos los hombres y mujeres que entregan sus vidas con verdadera hambre de justicia y amor; de libertad y fraternidad, no decaigan en su tarea; nos dejemos conmover por dentro y busquemos seguir su ejemplo.

Padre, condúcenos por los caminos de tu Hijo Jesús.

• Que la injusticia y la discriminación contra la mujer no persista, que cese la violencia contra la mujer, que promovamos la igualdad salarial y laboral de las mujeres.

Padre, condúcenos por los caminos de tu Hijo Jesús.

Padre bueno, concédenos la gracia de vivir ungidos por tu Espíritu, como tu hijo Jesús: débil, sin ventajas, siempre al servicio de la justicia y de la vida de los demás. Te damos gracias a ti Padre, por tu Hijo y tu Espíritu.

Vicky Irigaray