SEAMOS SIEMPRE CAUCES DE PERDÓN
Vicky IrigarayHermanos y hermanas, el fariseo de ayer y hoy es el mismo: una persona satisfecha de sí misma, segura de su valer, que siempre cree tener la razón, con tendencia a juzgar y condenar a los demás. Oremos.
Jesús, que seamos siempre cauces de perdón.
• Padre bueno, que la Iglesia sea la comunidad de los seguidores de Jesús: hombres y mujeres que con sencillez apuestan y entregan su vida en el servicio a los más desfavorecidos de este mundo.
Jesús, que seamos siempre cauces de perdón.
• Padre bueno, que en nuestras comunidades parroquiales y religiosas alimentemos la espiritualidad del discipulado, donde el liderazgo sea la fraternidad, con unas relaciones que humanicen y sepan a Evangelio.
Jesús, que seamos siempre cauces de perdón.
• Padre bueno, que nuestra oración nos despierte el deseo de transitar por caminos de humildad, servicio, solidaridad y paz.
Jesús, que seamos siempre cauces de perdón.
• Padre bueno, que seamos hombres y mujeres conciliadores, que ofrecen perdón, bienestar, alegría y entusiasmo por Jesús de Nazaret.
Jesús, que seamos siempre cauces de perdón.
• Padre bueno, te recordamos un día más a todos los refugiados, a los que se juegan la vida cruzando el mediterráneo, a los que no tienen qué comer, a los que sufren en soledad en los hospitales y residencias.
Jesús, que seamos siempre cauces de perdón.
Padre bueno, te damos gracias porque eres Perdón, Gracia, Amor y nos invitas a vivir con los mismos valores y actitudes que tu Hijo Jesús. El va siempre por delante en nuestro camino, hoy, ahora y siempre.
Vicky Irigaray