Buscador Avanzado

Autor

Tema

Libro de la biblia

* Cita biblica

Idioma

Fecha de Creación (Inicio - Fin)

-

CRISTIANOS EMERGENTES

Rate this item
(3 votes)

Necesitamos crear una Institución que oferte al mundo del siglo XXI un parquet bursátil donde muchos de los valores tradicionales, ruinosos hoy para cualquier economía, sean sustituidos por valores emergentes, enraizados en el más puro cristianismo primitivo. Es decir, anclados en el sedimento de un Jesús histórico primigenio, despojado de toda fe leñosa, privada de savia revitalizadora y carcomida por cerrazones dogmáticas y siglos de oscurantismo. Fosilizar las ideas conduce a la paraplejia en la acción.

Dante Alighieri expresó ya similar sentimiento en su Divina Comedia:

"A la mitad del camino de la vida,
en una selva oscura me encontraba
porque mi ruta había extraviado.
¡Cuán dura cosa es decir cuál era
esta salvaje selva, áspera y fuerte
que me vuelve el temor al pensamiento!"

(Infierno, Canto I)

 

Somos personalmente países en vías de desarrollo, y es imperativo abandonar cuanto antes esa "ruta extraviada" de que nos habla el poeta y emprender el curso de una vida cristiana emergente, capaz de conducirnos seguros a un desarrollo humano sostenible y suficiente. El aparejo de la fe tradicional está obsoleto. Las creencias son en ella árboles con hojas de cenizas -como el fresno sagrado de los druidas- que al más leve temblor se lleva el viento.

Un Dios prefabricado no sirve para nada y, como producto, lleva intrínsicamente impresa en su dorso la fecha de caducidad. Un Dios eterno en cambio debe responder -y esta es la gran paradoja- a la propia vida, en constante evolución: un Dios vivo. El que se construye en nosotros, porque responde a nuestra propia existencia.

Los Maestros -sean estos de vida o espirituales- que no alientan a sus discípulos a sobrepasarles, son castradores. Y los discípulos que no aspiran a hacerlo, y se limitan únicamente a escucharles y a poner en práctica lo que les dicen, están ellos también espiritualmente castrados.

Las religiones tienden a destruir el espíritu de rebelión en el hombre, que es la fuerza que le impulsa para llegar a ser persona en plenitud. Por eso es necesaria en nuestro caso la presencia de una ira santa: cristianos indignados. Jesús la tuvo en el affaire del mercadeo en el Templo. Debieran ser objeto de lucha, todos aquellos aspectos y contenidos de la espiritualidad que hoy son lastre o grilletes que paralizan la ejecución y desarrollo del proyecto vital del hombre de nuestros días.

La metodología de acción personal y social para conseguirlo no puede ser primordialmente otra que la "no-violencia activa", tratándose de cristianos. Algunos la han definido como una búsqueda y una sabiduría que dan sentido al destino de cada cual y de la historia de la humanidad. Es una manera de vivir y de actuar respetuosa de los hombres entre sí y con la naturaleza. Y también una manera de lucha respetuosa del adversario, pero sin excluir la presión y la coacción abierta a la negociación y a la reconciliación.

Su primer arma, la superación de las raíces de la violencia en uno mismo, la implantación y desarrollo de valores éticos y morales, el respeto profundo a los de los demás. Otras herramientas que los destacados defensores de esta metodología –Buda, Jesús, Sócrates, Gandhi, Martín Lutero King y tantos otros de hoy y siempre- señalan, son: la no colaboración con las prácticas violentas, denuncia y rechazo ante cualquier forma de discriminación y opresión, movilización social voluntaria y solidaria.

En cualquier caso, antes de emprender esta apremiante tarea hemos de escuchar bien las palabras de Jesús: «No he venido a abolir la Ley y los profetas, sino a dar plenitud». No vino a echar por tierra el patrimonio legal y religioso del antiguo testamento sino a «dar plenitud», a ensanchar el horizonte del comportamiento humano, a liberar la vida de los riesgos del legalismo, raíz principal de todo fundamentalismo.

Y ahora, aparte de empezar a trabajar personal y socialmente en tan trascendental quehacer, sólo nos resta pedir al cielo que nuestro loable empeño no tenga el lamentable final que para el Maestro de Khalil Gibrán, tuvo el suyo:

"Me he esforzado por comunicar a mi pueblo y a sus gobernantes el conocimiento y la sabiduría: Llevé a Al-Haris, gobernador del Líbano, el llanto de los oprimidos que estaban siendo vejados y aplastados por las injusticias y perversidades de los funcionarios de su Estado y de los dignatarios de la iglesia.

Le aconsejé que siguiese el camino de sus antepasados y tratase a sus súbditos como ellos, con clemencia, caridad y comprensión. Le dije: 'El pueblo es la gloria de nuestro reino y la fuente de su prosperidad'. Díjele más todavía: Cuatro cosas hay que un gobernante debe desterrar de su reino: la ira, la avaricia, la mentira y la violencia.

Por estas y otras enseñanzas, fui castigado, desterrado y excomulgado por la Iglesia'. (La voz del Maestro, Gibrán Khalil Gibrán poeta y místico libanés).

 

Vicente Martínez

Read 3202 times
Login to post comments