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Libro de la biblia

* Cita biblica

Idioma

Fecha de Creación (Inicio - Fin)

-

BIENAVENTURANZAS

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Es justo reconocer, Padre Dios y Señor nuestro,

que existimos y vivimos rodeados de muestras permanentes de tu amor.

Tú quieres ver plenos de felicidad a todos tus hijos sin excepción,

ese es tu proyecto de Reino, esa es tu voluntad.

Y quieres que nos dediquemos en tu nombre a construir humanidad,

has dejado en nuestras manos la tarea de hacer felices a los hermanos.

Enséñanos a ser como Tú, Padre bueno, a interesarnos por el prójimo,

a mirar especialmente por los pobres y marginados

y ayudarles en cuanto esté de nuestra parte en lo que necesiten,

queremos ser amigos incondicionales de todos,

y pacientes, sensibles y compresivos con sus posibles equivocaciones.

Uniéndonos ahora de corazón a todos tus hijos, cristianos, musulmanes, judíos, creyentes y no creyentes, sintiéndolos a todos nuestros hermanos,

elevamos a ti este canto de acción de gracias y alabanza.

 

Santo, santo...

 

Gracias, Dios de bondad, por Jesús, tu Hijo y hermano nuestro,

que nos regaló un único y mejor mandamiento, el del amor fraternal.

Ablanda, Señor, nuestro duro corazón para que nos cale su mensaje,

la buena noticia de la liberación,

y soñemos con hacer realidad la utopía de Jesús,

para que sean felices en adelante los que ahora son pobres,

para que no sufran más los que hoy pasan hambre y sed,

para que rían de felicidad los que hoy se sienten tristes y amargados.

También queremos ser felices nosotros mismos, es lo que Tú quieres,

pero sabemos que no hay otro modo de alcanzar nuestra propia felicidad

que tratando de hacer felices a los demás.

Tu hijo nos ha dado ejemplo, ha dedicado su vida a repartir felicidad.

Recordamos ahora, como él nos pidió, su total entrega por la causa.

 

El mismo Jesús, la noche en que iban a entregarlo, cogió un pan,

te dio gracias, lo partió y dijo:

«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros;

haced lo mismo en memoria mía».

 

Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo:

«Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre;

cada vez que bebáis, haced lo mismo en memoria mía».

 

Dios y Padre nuestro,

la vida y la muerte de tu hijo Jesús nos han abierto el camino hacia Ti,

nos han enseñado que igual que Tú nos amas, igual que él nos amó,

hemos de amar a todos los seres humanos y luchar por su felicidad.

Jesús pudo comprobar nuestra debilidad y nuestro instintivo egoísmo,

por eso nos dejó su Espíritu fuerte,

capaz de conducirnos a la plenitud humana para la que nos has creado.

Creemos en la palabra de Jesús,

estamos seguros de que es posible otro mundo más justo y solidario

en el que reine la hermandad, la vida y la alegría.

Queremos abrirnos a cuantos se empeñan en esta misma y noble tarea,

sin importarnos su religión o ideología.

Y ahora, Padre santo, nos unimos a toda la creación

para brindar por tu mayor gloria

con este pan y vino, que representan la entrega y el amor de tu hijo Jesús.

Por él y con él, queremos bendecirte por toda la eternidad.

AMÉN.

 

Rafael Calvo Beca

 

PRINCIPIO

Caminantes, necesitados de alimento y de luz, acudimos a tu mesa.

Gracias, Padre, porque nos llamas, nos invitas, nos acoges.

Gracias porque nos tienes preparado un sitio,

porque nos tienes preparados tu palabra y tu pan.

Gracias, Padre, por Jesús, nuestra luz y nuestro pan.

 

OFRENDA

Queremos ser felices a tu estilo, al estilo de Jesús.

Queremos que nuestra vida sea pan y luz, útil para alguien.

La ponemos en tu mesa, como una ofrenda, como lo hizo el mismo Jesús.

 

DESPEDIDA

Gracias por la eucaristía, gracias por la luz, gracias por el alimento,

gracias por la fuerza que os transmiten nuestros hermanos.

Gracias por todo, Padre, y sobre todo por Jesús, tu mejor regalo.

 

O R A C I Ó N


Hacemos una profesión de nuestra fe en el mensaje de Jesús...

 

Creo que son felices los que comparten,

los que viven con poco,

los que no viven esclavos de sus deseos.

 

Creo que son felices los que saben sufrir,

encuentran en Ti y en sus hermanos el consuelo

y saben dar consuelo a los que sufren.

 

Creo que son felices los que saben perdonar,

los que se dejan perdonar por sus hermanos,

los que viven con gozo tu perdón.

 

Creo que son felices los de corazón limpio,

los que ven lo mejor de los demás,

los que viven en sinceridad y en verdad.

 

Creo que son felices los que siembran la paz,

los que tratan a todos como a tus hijos,

los que siembran el respeto y la concordia.

 

Creo que son felices los que trabajan

por un mundo más justo y más santo,

y que son más felices

si tienen que sufrir por conseguirlo.

 

Creo que son felices los que no guardan en su granero

el trigo de esta vida que termina,

sino que lo siembran, sin medida,

para que dé fruto de Vida que no acaba.

 

Y creo todo esto porque creo

en el hombre lleno del Espíritu,

Jesús de Nazaret, el Señor, Amén.

 

José Enrique Galarreta

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