Hermanos y hermanas, Jesús nos recuerda que mi prójimo no es el otro, sino que próximo soy yo cuando me acerco al otro y le ayudo. La invitación es a ser próximos y próximas. Oremos.

Que seamos cercanos y cercanas de quien nos necesitan

• Nuestro mundo necesita una Iglesia próxima, insertada en medio del mundo, vibrando con los más necesitados, impulsando la dignidad humana y el reconocimiento de toda persona.

Que seamos cercanos y cercanas de quien nos necesitan

• Nuestro mundo necesita comunidades creyentes que sean espacios de puertas abiertas para quienes buscan un refugio, para quienes necesitan sentirse escuchados, acogidos, abrazados…

Que seamos cercanos y cercanas de quien nos necesitan

• Nuestro mundo necesita hombres y mujeres que sientan inclinación hacía los caídos, los heridos, los que sufren violencia, los que se ven despojados de todo derecho…

Que seamos cercanos y cercanas de quien nos necesitan

• Nuestro mundo necesita reconocer los derechos de todo hombre y mujer, especialmente de aquellos y aquellas que resultan invisibles porque nos molestan, nos interpelan, nos desenmascaran.

Que seamos cercanos y cercanas de quien nos necesitan

• Nuestro mundo necesita sanitarios y sanitarias delicadas en sus cuidados con el sufrimiento ajeno, que ofrezcan una palabra de aliento y consuelo, con manos que acaricien tantas cicatrices.

Que seamos cercanos y cercanas de quien nos necesitan

Padre Madre buena, que no nos conformemos con buscar la voluntad de Dios de cualquier manera sino siguiendo las huellas de Jesús, con su mismo pálpito y fuerza.

Vicky Irigaray