Hermanos y hermanas, un domingo más las palabras de Jesús nos pueden resultar desconcertantes porque rompen con lo convencional y socialmente aceptado y establecido. Oremos.

Queremos ser semillas de un mundo más humano y justo.

• Que la Iglesia sea ejemplo de una vida con otros valores; proclame la igualdad entre hombres y mujeres; el diálogo entre los gobiernos de los pueblos y la paz universal.

Queremos ser semillas de un mundo más humano y justo.

• Que nuestras comunidades de fe hagan verdad la vida compartida desde un amor comprensivo y sin medida, que no busca correspondencia, que se recibe y ofrece gratuitamente.

Queremos ser semillas de un mundo más humano y justo.

• Que los creyentes nos distingamos porque amamos sin fronteras, al estilo de Jesús, acercándonos a los que menos tienen y cuentan para nuestro mundo.

Queremos ser semillas de un mundo más humano y justo.

• Que todos y todas nosotras busquemos la unidad universal, siendo y sintiéndonos corresponsables de cada persona próxima o lejana, que despierte o no nuestra simpatía.

Queremos ser semillas de un mundo más humano y justo.

• Que nos concienciemos de que todos y todas tenemos los mismos derechos, las mismas necesidades de sentirnos queridos, valorados y reconocidos como somos, más allá de clase social, país de origen, raza o religión.

Queremos ser semillas de un mundo más humano y justo.

Padre Madre buena, que nuestra seña de identidad como creyentes en tu Hijo Jesús sea nuestro amor a cada hermano o hermana, nuestro desvelarnos por construir un mundo más justo, amable y en paz.

Vicky Irigaray