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Libro de la biblia

* Cita biblica

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Fecha de Creación (Inicio - Fin)

-

TOLERANCIA

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La tolerancia es el primer paso,
la unidad no está reñida con el pluralismo.


INTRODUCCIÓN


Canto de entrada

Un nuevo sitio disponed


Un nuevo sitio disponed

para un amigo más,

un poquitín que os estrechéis

y se podrá sentar.

Para eso sirve la amistad

si llega la ocasión,

hablémosle con libertad

y con el corazón,

él con su amor nos pagará

y alegrará la reunión.

 

Monición


Queridos hermanos, ¡Bienvenidos todos al festival de la discrepancia! Lo que realmente nos enriquece es la pluralidad, como ocurre con los colores que diseñan el arcoiris o las formas de ser en la Naturaleza. No parece muy cristiano rechazar a nadie por sus maneras diferentes de vivir, de creer o de pensar. El hombre es un precioso compendio de cuanto le ha precedido en la existencia. ¿Solo lo tolero o realmente aprecio en mí tan valioso pluralismo?

Silencio.

Oremos.

Dios y Señor nuestro: te damos gracias porque nos has otorgado la capacidad de tolerancia, que es el primer paso para la convivencia con los demás. Pero también, y sobre todo, por habernos hecho comprender que Tu eres el Todo y que sin la apertura a los otros jamás te podríamos abarcar. Contamos con tu ayuda y esperamos que nunca nos falte. Es lo que te pedimos humildemente en nombre de tu hijo Jesús, nuestro guía fiel y nuestro hermano. Amén.

 

LITURGIA DE LA PALABRA


El amor es mi credo y mi fe


(Ibn 'Arabí, pensador nacido en Murcia, 1165-1240)

Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo si su religión no era como la mía.

Ahora, mi corazón se ha convertido en el receptáculo de todas las formas religiosas: es pradera de las gacelas y claustro de monjes cristianos, templo de ídolos y kaaba de peregrinos, Tablas de la Ley y Pliegos del Qorán, porque profeso la religión del Amor y voy a donde quiera que vaya su cabalgadura, pues el Amor es mi credo y mi fe.

Dios, el Omnipresente, no está encerrado en ningún credo ni religión, porque dondequiera que os volváis, allí está el rostro de Dios.

Cada cual reza lo que cree; su Dios es la hechura de sí mismo, y al rezar, se ora a sí mismo. Por eso, anatematiza las creencias de los demás; lo cual no haría si fuese justo, porque el desagrado hacia la religión ajena se basa en la ignorancia.

 

Tolerancia, es lo que aprendemos en tu compañía


Elije amar en vez de odiar, crear en vez de destruir,

perseverar en vez de claudicar, alabar en vez de criticar,

curar en vez de herir, reconciliar en vez de pelear,

enseñar en vez de esconder, distribuir en vez de robar,

actuar en vez de aplazar, crecer en vez de conservar.

 

Tolerancia, es lo que aprendemos en tu compañía.


Elije ser en vez de aparentar,

comprender en vez de juzgar,

unir en vez de separar, alumbrar en vez de esconder,

bendecir en vez de blasfemar, dar en vez de recibir.

compartir en vez de almacenar,

cuidar en vez de malgastar,

sembrar en vez de cosechar... y en vez de morir vivirás.

 

Tolerancia, es lo que aprendemos en tu compañía.


Los que tienen ideas diferentes,

tal vez no sean intratables.

Los que no te son simpáticos,

tal vez sean buenas personas.

Los que defienden otros valores,

tal vez no estén equivocados.

Los que razonan de otro modo,

tal vez no sean unos ignorantes.

Los que te contradicen, tal vez tengan razón.

 

Tolerancia, es lo que aprendemos en tu compañía.


Los que siguen otros credos,

tal vez te ayuden a llegar a la verdad.

Los que no hacen las cosas como tú,

tal vez descubran nuevos caminos.

Los que tienen más éxito, tal vez se lo hayan merecido.

Los que tienen más edad, tal vez sepan más que tú.

Los que son más jóvenes, tal vez no sean unos inexpertos.

 

Tolerancia, es lo que aprendemos en tu compañía.


Los que te dicen una palabra amable,

tal vez lo hagan desinteresadamente.

Los que te hacen favores, tal vez lo hagan de mil amores.

Los que tienen mejor posición social,

tal vez sean muy honrados.

Los que no van en tu dirección, tal vez te respeten.

Los que no te lo ponen fácil,

tal vez te ayuden a renovar la ilusión cada día.

 

Tolerancia, es lo que aprendemos en tu compañía.


Y sabrás por qué mi palabra es palabra de vida

y buena noticia, tolerante y alejada de anatemas.

 

Tolerancia, es lo que aprendemos en tu compañía.

 

Del evangelio de Lucas (9, 49-50)

 

49 Intervino Juan y dijo:

-Jefe, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y hemos intentado impedírselo, porque no te sigue junto con nosotros.

50 Jesús le repuso:

-Nada de impedir, pues el que no está contra vosotros está a favor vuestro.

 

Puntos de reflexión


Tomemos conciencia clara de que la tiranía que más sufrimiento ha causado a través de la historia humana que conocemos, ha sido la religiosa. En nombre de Dios se han cometido las mayores barbaridades. El mismo Jesús se opuso con mucha más fuerza a la injusticia religiosa que a la del imperio romano.

A pesar de las palabras de Jesús, los cristianos seguimos considerando enemigo a todo el que no piensa como nosotros. Siempre que ha tenido el poder suficiente, la Iglesia ha respondido con violencia extrema contra todo el que no aceptara su doctrina o sus normas. Incluso nos molesta que otras religiones tengan éxito. No pensamos en el bien del hombre sino en nuestro prestigio.

Siempre que nos rechazan, o rechazan a Dios, es por presentar un Dios hecho a la medida de nuestros intereses, y por lo tanto falso. La gran tentación del ser humano será siempre manipular a Dios.

El mensaje de Jesús es una oferta de verdadera liberación, pero la mayoría de los cristianos no nos hemos enterado de qué espíritu somos. Si nos preocupa que alguien nos rechace, es que no hemos entendido lo que realmente somos y seguimos mendigando el reconocimiento de los otros.

Lo que debería preocuparnos es que aún somos capaces de rechazar al otro. Toda falta de identificación con el otro, supone una falta de identificación con el Dios de Jesús. Esto no siempre lo tenemos claro.

La necesidad de juzgar, de condenar, de aislar al que no piensa como nosotros, es la mejor prueba de incomprensión del evangelio. Todo fundamentalismo es fruto de la misma actitud, una falta de confianza en Dios y en la Vida.

 

CONFESIÓN DE FE


Dios no es un Ser lejano que more allá arriba, en un "cielo".

El es Presencia, Aliento de vida, como un niño en una cuna.

Estamos enraizados en Él

como las plantas lo están en el terreno que les da vida.

Está en nosotros, no actúa sin nosotros,

pero es más que nosotros.

Participamos con Él creando un mundo

donde todos puedan vivir.

Un mundo de amor, de justicia y de compasión,

de dignidad y de expansión.

De todo corazón esperamos esa novedad.

Oramos y vivimos, actuamos con valentía

en este mundo turbado y miramos la vida

- la vida tal y como nos ha sido dada-

como una oportunidad y no como una indigencia,

como un don y no como una carga

como algo bello y no como una lamentación.

El sufrimiento del mundo es nuestro sufrimiento,

somos conscientes de ello

y nos esforzamos para ponerle fin.

Quisiéramos saber cómo.

Quisiéramos tener el coraje preciso,

quisiéramos ver las posibilidades luminosas

que Dios abre siempre ante los hombres.

Y creemos, esperamos que si trabajamos

con las otras personas de buena voluntad,

podremos realizar las esperanzas

que Dios ha puesto en nosotros.

(Gilles Castelnau)

 

CANCIÓN PLEGARIA

Una ciudad para todos


1. Una ciudad para todos.

LEVANTAREMOS.

Un gran techo común.

LA CIUDAD.

Una mesa redonda como el mundo.

LEVANTAREMOS.

Un pan de multitud.

Un lenguaje de corazón abierto.

Una esperanza:

VEN, SEÑOR JESÚS.
NO RECHAZAREMOS LA PIEDRA ANGULAR.
SOBRE EL CIMIENTO DE TU CUERPO
LEVANTAREMOS LA CIUDAD. (bis).

2. Suben los pueblos del mundo.

LEVANTAREMOS.

Suben a la ciudad.

LA CIUDAD.

Los que hablaban en lenguas diferentes. LEVANTAREMOS.

Pregonan la unidad.

Nadie grita. ¿Quién eres y de dónde?.

Todos se llaman

HIJOS DE LA PAZ

 

LITURGIA EUCARÍSTICA

Acción de gracias


Realmente es nuestra obligación y nuestro mejor deseo

bendecir tu nombre y glorificarte, Padre Dios,

porque tú eres el único Dios,

el creador del universo,

el Dios de todas las criaturas,

al que veneran todas las religiones del universo.

Gracias, Padre, porque nos quieres infinitamente

y de igual manera a todos,

porque no haces distinción entre ricos y pobres,

ni entre los que detentan poder

y los que forman el pueblo llano.

Querríamos que toda la humanidad

te reconociera como a su único y buen Dios

y te bendijera con cariño por ello.

En nombre ahora de todos los seres humanos,

entonamos en tu honor este himno de gloria

 

Himno de gloria


Bendito seas mi Dios, mi aire,

que estás ahí, tan cierto como el aire que respiro.

Bendito seas, mi Dios, mi viento,

que me animas, me empujas, me diriges.

Bendito seas, mi Dios, mi agua,

esencia de mi cuerpo y de mi espíritu,

que haces mi vida más limpia, más fresca, más fecunda.

Bendito seas, mi Dios, mi médico,

siempre cerca de mí,

más cerca cuanto me siento más enfermo.

Bendito seas, mi Dios, mi pastor,

que me buscas buenos y frescos pastos,

que me guías por las cañadas oscuras,

que vienes a por mí cuando estoy perdido en la oscuridad.

Bendito seas, mi Dios, mi madre,

que me quieres como soy

que por mí eres capaz de dar la vida,

mi refugio, mi seguridad, mi confianza.

Bendito seas, Dios, bendito seas.


OFRENDAS


Padre nuestro, Madre nuestra y de todas las criaturas:

nos sentimos invitados a compartir con todos

nuestra vida, generosamente,

siguiendo el ejemplo de Jesús,

y te ofrecemos pan y vino,

frutos de la Tierra y de nuestro trabajo,

y con ellos nuestros esfuerzos y mejores deseos,

para agradecerte cuanto nos das

y prometerte fidelidad y entrega completa

a tu proyecto, a tu sueño, a tu reino.

Por tu hijo Jesús, nuestro Señor y hermano. Amén.

 

Todos

extendiendo las manos sobre el pan el vino del altar

 

Te pedimos, Padre santo,

que la fuerza de tu Espíritu

consagre este pan y este vino,

para que no solo sean alimentos del cuerpo,

sino que alimenten y hagan crecer

nuestra vida interior, la verdadera vida,

esa misma vida y ese espíritu

que Jesús siempre manifestó.

 

MEMORIAL DE LA CENA DEL SEÑOR

Te bendecimos una vez más, Padre y Madre de todos,

porque nos has regalado la palabra profética de Jesús

y su experiencia vital, fiel reflejo de tu Espíritu.

Creemos en Jesús,

aceptamos de corazón sus enseñanzas.

Pero por él sabemos que nuestro único signo de identidad

es hacer que nadie sufra penalidades

y todos sean plena y felizmente humanos.

Ahora vemos que no basta con llamarse cristiano,

para pertenecer al grupo de los discípulos de Jesús

porque la única acreditación válida

que sirve tanto a creyentes como a agnósticos o ateos,

es la dedicación a hacer justa y digna la vida de todos.

Jesús, el liberador por excelencia,

nos pidió que hiciéramos como él,

que nos diéramos a los demás sin reservas.

 

Al despedirse de sus discípulos y amigos

la víspera de su muerte,

nos pidió que nos reuniéramos en torno a una mesa,

y nos invitó a compartir

un trozo de pan y una copa de vino,

en memoria de su vida solidaria

y en la esperanza de una nueva humanidad.

Tomando un pan

y mientras lo partía y repartía, les fue diciendo:

Comed todos de él, porque esto soy yo.

 

Siguiendo su ejemplo

tomamos este pan, lo partimos

y nos lo ofrecemos unos a otros,

como signo de nuestro compromiso social

y voluntad de servicio.

Este pan partido y compartido es Jesús

y nos sentimos reflejados en él

todos sus discípulos y discípulas.

 

Luego tomó una copa de vino

y mientras se la pasaba les decía:

Tomad y bebed todos de ella,

porque esta es mi vida, es mi sangre,

que será derramada por todos.

 

Movidos por el mismo Espíritu de Jesús,

brindamos y compartimos esta copa de vino.

Este vino es la vida de Jesús,

alegre, compasiva y fraterna.

Es la vida de Jesús

que corre en nuestras venas,

como primicia y sacramento

de un mundo nuevo.

 

Creemos que Jesús está con nosotros,

que lo hacemos presente

reuniéndonos en su nombre

y siguiendo su ejemplo,

hasta que, un día, todas las criaturas

seamos un gran Cristo con él y en él.

Amén.

 

COMUNIÓN

Venid y comamos, hermanas y hermanos.

Venid y bebamos con humildad y gratitud,

con toda confianza.

Este es el pan del camino,

éste es el vino de la vida.

Es Jesús

que nos invita, nos fortalece y nos cura.

Comunión

 

Invocación al Espíritu de Dios

Recordamos la vida de tu hijo Jesús, que queremos imitar,

lamentamos su cruel muerte, paradigma de injusticia,

y nos alegramos de que viva ya en Ti, plenamente feliz.

Padre Dios, infúndenos tu Espíritu, queremos colaborar

con todas las personas de buena voluntad

en hacer un mundo de iguales, justo, solidario.

Verdaderamente es una tarea ingente, que nos supera.

Porque seguimos empeñados en hacer pobres

y marginarlos luego, crear barreras y separar hermanos.

Hacemos guetos de marginados,

cuando no es que los expulsamos del país.

Tenemos que apoyar la paz y el entendimiento

donde haya conflicto y guerra

y lograr que en este mundo reine el amor y la equidad.

Danos un corazón tan grande como el de Jesús,

que nos abramos generosamente a toda la humanidad

y nos sintamos de verdad fraternidad,

hermanos de todos nuestros hermanos.

Vamos a rezarte ahora la oración que nos enseñó Jesús

y te invocaremos como Padre,

Padre nuestro y de todos, sin excluir a nadie.

Queremos rendirte, Señor,

un permanente homenaje de gratitud.

AMÉN.

 

Canto de acción de gracias
HOY, SEÑOR, TE DAMOS GRACIAS


HOY, SEÑOR, TE DAMOS GRACIAS

POR LA VIDA, LA TIERRA Y EL SOL.

HOY, SEÑOR, QUEREMOS CANTAR

LAS GRANDEZAS DE TU AMOR.

 

1. Gracias, Padre, mi vida es tu vida,

tus manos amasan mi barro,

mi alma es tu aliento divino,

tu sonrisa en mis ojos está.

 

2. Gracias, Padre, tú guías mis pasos,

tú eres la luz y el camino,

conduces a ti mi destino,

como llevas los ríos al mar.

 

3. Gracias, Padre, me hiciste a tu imagen

y quieres que siga tu ejemplo,

brindando mi amor al hermano,

construyendo un mundo de paz.

 

DESPEDIDA

Padrenuestro

Padre Dios, Dios Padre,

Padre de todos nosotros, bendito seas.

Deseamos que la humanidad entera

te reconozca como Dios y te quiera como Padre.

Ven a reinar en nosotros.

Queremos construir un mundo nuevo, justo y solidario,

donde no haya pobres ni marginados,

en el que nos ayudemos unos a otros,

sin esperar nada a cambio.

Preferimos hacer tu voluntad antes que la nuestra.

Te prometemos compartir nuestro propio pan

y luchar por un mejor reparto de tus bienes

en el mundo entero.

No tengas en cuenta nuestros egoísmos.

Queremos perdonar de corazón

a quienes puedan tratar de ofendernos.

Danos tu fuerza, tu aliento, tu espíritu,

para que te seamos siempre fieles,

para que nunca nos apartemos del camino del bien

y luchemos cada día

para que se haga realidad la utopía de tu reino.

AMÉN.

 

Mensaje de paz

Hermanas, hermanos:

esta celebración ha terminado.

Demos gracias a Dios.

 

Deseémonos la paz cada día y obremos la paz.

Que reine la paz en el mundo

y en todos nosotros. Amén.

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