MIS RECUERDOS DEL COLEGIO
José Enrique GalarretaEl P. José Enrique Ruiz de GALARRETA SJ es quizá la persona que ha vivido más aspectos o vertientes de todo lo que alguien ha podido vivir en el Colegio de San Ignacio de Pamplona, en el que ha sido casi todo: alumno, jesuita, profesor..., y más cosas. Hace unos años le pedimos que nos ofreciera unas cuantas pinceladas sobre esas parcelas de su vivir. Ahora, después de su muerte, lo volvemos a imprimir como su mejor testimonio.
COMO ALUMNO
Naturalmente los recuerdos son muchísimos, y casi todos muy buenos. En mi primer cole (46-47) éramos 50 alumnos cuidados por 4 jesuitas, así que todo era muy familiar.
Recuerdo varios jesuitas que me influyeron mucho. Seguramente el que más Florentino Azcoitia, como padre espiritual, y Ricardo López como profesor- extraordinario- de literatura.
El Colegio era pequeño en las tres sedes anteriores a la actual, dos de las cuales eran pequeños chalets (Arrieta 3 y Media Luna 19). Las clases, con pocos alumnos. Cada día había cuatro clases, tres horas de estudio, más recreos, misa, rosario...había tiempo para todo, porque las materias eran mucho más sencillas que ahora y en el horario del colegio había tiempo de estudio (cada clase iba precedida de al menos media hora de estudio).
Y mucho deporte, juegos, excursiones; y también teatro, actos religiosos... de todo un poco.
COMO JESUITA
Soy jesuita por vocación y por circunstancias. Por vocación, siento que mi vida es una llamada personal de Dios; por circunstancias, porque conocí a los jesuitas y no a otros, hice ejercicios...
De mi formación como jesuita creo que saqué en claro sobre todo que la formación nunca se acaba, que al terminar una carrera (una carrerita de quince años) tenía por delante muchísimo que aprender, por no decir casi todo. Y que quería dedicarme a la enseñanza media. Me tentaron con doctorados en Teología y esas cosas gordas, pero no creí que eso fuera lo mío.
Y desde luego, el tipo de formación, especialmente en lo académico, que recibíamos no era muy satisfactorio. Escolástica pura y dura en la mayoría de las materias, doctrinas anticuadas, miedo a novedades. Con todo eso nos nació a todos unas ganas imparables de cambiar, leer... que aún nos duran (y cada día más).
COMO TRABAJADOR DE ESTE COLEGIO
Profesor de Latín, Filosofía, Arte... tengo que dar las gracias porque siempre me lo he pasado muy bien; he hecho buenos amigos entre los alumnos y los profesores, aunque siempre te queda la pena de no haberte portado bien en algunas ocasiones (en bastantes).
COMO JUBILADO
Ahora que ya no me dedico a los alumnos, sino a profes y a familias, vivo una segunda etapa, en la que lo paso mejor que antes. Me parece que a mis años (68) puedo hacer un papel trabajando con personas mayores, en formación de profesores, padres y similares. Es claro que hay una falta de formación bastante fuerte, y aun despiste, porque algunas doctrinas teológicas son complicadísimas, veterotestamentarias, metafísicas e intragables (además de poco evangélicas). Así que hay trabajo de sobra para todo el que se lo quiera tomar en serio.
No sé qué es lo primero de mis ocupaciones (escribir, retiros, cursos...) Sí sé qué es lo primero en actitud: responder a lo que me piden. Lo demás depende de sentirme capacitado. Además, oh maravilla, tengo tiempo, así que puedo decir sí a casi todo. Y es de agradecer, porque los mayorcitos corremos el riesgo de sentarnos, de pensar que nuestra vida es cosa pasada. Afortunadamente, tengo aún muchos más proyectos que recuerdos.
Me parece que lo más importante que hago es trabajar para que haya buenas eucaristías; y no me refiero a las misas de los domingos, que son correctas sin más, poco íntimas, poco participadas..., sino a los grupos (muchos) en que celebramos de verdad, a fondo; pocos, en corro, con pocas normas y mucho sentir y compartir y engancharse a Jesús de Nazaret. Me parece que estas eucaristías de ahora son lo mejor que me ha pasado en toda mi vida.
José Enrique Ruiz de Galarreta SJ