UN PORDIOSERO DE ALTA ALCURNIA
Vicente MartínezAsí, el sabio cuida a todos los hombres y no abandona a ninguno. Acepta todo y no rechaza nada. Atiende hasta el menor detalle (Lao-Tsu)
6 de septiembre, domingo XXIII del TO
Mc 7, 31-37
Vino este Hombre, que come y bebe, y decís: mirad que comilón y bebedor, amigo de recaudadores y pecadores. Pero la sabiduría se acredita por sus discípulos
Un pordiosero del Reino –Jesús-, al que podríamos aplicar sin desdoro, los ingeniosos versos de Muñoz Seca recitados por Don Nuño a Magdalena en La venganza de Don Mendo:
“La cuna de los Manso de Jarama,
a fuerza de ser alta, cual ninguna,
más que cuna, dijérase que es cama”.
Isaías, en hebreo Yahvéh es salvación, emparentado con la realeza según la tradición talmúdica -pordiosero de alcurnia-, fue durante medio siglo un firme opositor a la política de alianza de los reyes de Judá con los imperios extranjeros. En Is 7, 10 profetiza que una joven en cinta dará a luz a un hijo, también de real extirpe, al que pondrá por nombre Enmanuel. Las Escrituras ven a ambos plenamente inmersos en tareas terrenales. Al Yahvéh es salvación, transformando la misma creación: el desierto, el yermo y el narciso florecerán desbordando gozo y alegría (Is 35, 1-2). Y al Dios con nosotros, curando sordomudos (Mc 7, 32) y eligiendo a los pobres para hacerlos herederos del reino (Sant 2, 5).
No hace mucho recibía en mi ordenador una Presentación en la que se increpaba a Jesús: ¡¡Dónde estás mi Señor!! Sobre una imagen de sombras y de luces podía leerse este texto como respuesta:
“¡Yo no soy un pedazo de madera
ni una estatua de yeso coloreado!
Yo vivo en el dolor y el sufrimiento
de aquellos que los hombres marginaron!
Andando los caminos de esta vida
revivo cada día mi calvario.
¡Mil veces me torturan y me matan
en el diario sufrir de tus hermanos!”
Jesús manifiesta su religiosidad –su vida- acercándose al marginado, al pobre, al excluido, haciéndose pobre para enriquecernos con su pobreza (2 Cor 8, 9). Un estilo de vida corriente, nada espectacular, que también le acarrea el rechazo de sus correligionarios por comilón, borracho y amigo de pecadores. Una asignatura pendiente de examen -¿hasta cuándo?- para cuantos seguimos presumiendo de fieles discípulos suyos.
El sabio filósofo de EL Tao, Lao-Tsu nos dice que “el sabio cuida a todos los hombres y no abandona a ninguno. Acepta todo y no rechaza nada. Atiende hasta el menor detalle”. En cuanto a nosotros, quizás lo más piadoso sea unirnos a Petrus y rezar con él la oración que Paulo Coelhole asignó en El Peregrino de Compostela:
“Ten piedad de los que reducen el Cosmos a una explicación; Dios a una poción mágica, y el hombre a un ser con necesidades básicas porque estos nunca van a oír la música de las estrellas”.
JESÚS EL CAMINANTE
Predicador de la verdad, transitas
con vigilante celo y gran cordura
por todos los senderos de la Vida.
No te olvides de recorrer el mío,
que tanto de la tuya necesita.
Deja clavada en mi áspero camino
tu dulce huella delante de la mía.
Te seguiré los pasos doquier vayas,
pues tus sandalias son mi garantía.
(SOLILOQUIOS, Ediciones Feadulta)
Vicente Martínez