Hermanos, las parábolas que hemos escuchado en la liturgia de la Palabra no son palabras de conversión, sino revelaciones del corazón de Dios. Oremos.

Jesús, que veamos al diferente con tu corazón.

• Padre bueno, concédenos entrañas de misericordia a todos los que formamos tu Iglesia, que nuestras palabras y gestos inviten siempre a la acogida, al perdón y a la fraternidad entre todos los hombres.

Jesús, que veamos al diferente con tu corazón.

• Padre bueno, que los creyentes no señalemos a los que son diferentes sino que nuestras actitudes conduzcan siempre a ver al otro, con su modo peculiar de hacer, pensar y creer, como un hermano.

Jesús, que veamos al diferente con tu corazón.

• Padre bueno, concede a nuestros gobernantes la capacidad de diálogo y entendimiento, que juntos sean capaces de dar con los puntos desde donde trabajar por el bien de todo el pueblo.

Jesús, que veamos al diferente con tu corazón.

• Padre bueno, en este mes donde muchos retomamos nuestro trabajo y nuestra rutina diaria, te pedimos que no nos olvidemos de los que siguen sufriendo a causa del paro y la exclusión social.

Jesús, que veamos al diferente con tu corazón.

• Padre bueno, que nuestros mayores enfermos se sientan miembros activos e importantes en nuestras comunidades parroquiales y religiosas.

Jesús, que veamos al diferente con tu corazón.

Padre, el pastor y la mujer preocupados por lo que han perdido nos hablan de tu corazón, de tu preocupación por cada uno de nosotros, por los que nos hemos alejado de ti. Te damos las gracias por tu hijo, Jesús, que nos habla y recuerda permanentemente cómo eres tú.

Vicky Irigaray